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PLANTARTE

El jardín del Olvido

El jardín del Olvido

Lugar: Granada, Calle Simeón.

Lo olvidé todo, incluso a tí. Olvidé lo que era caminar descalza sobre la hierba y sobre los ladrillos mojados, olvidé qué aroma tenían las rosas. Olvidé que, cuando era pequeña, deseaba ser cajera en un supermercado. Después de aquel día, nunca pude recordar que algunos lobos tienen los ojos amarillos, o que fuiste el primero al que besé. Olvidé el sabor de té recién preparado y que, para hacer un bizcocho, hay que batir primero las claras para que salga más esponjoso. Mis padres, mis hermanos, mis compañeros de colegio, hasta el que me había tirado del pelo el primer día, cayeron en el olvido. También olvidé que me gustaban las fresas con mascarpone, que una vez soñé que las libélulas tenían seis alas. Lo olvidé todo, todo, incluso el olor oxidado de la sangre.

 

5 comentarios

Irene Adler -

Bueno, esa es parte de la gracia ;)

Lola -

Me encanta lo paradójica que puede llegar a ser la expresión "Después de aquel día, nunca pude recordar que".

Microalgo -

El olor oxidado de la sangre. Yo ya lo había olvidado, y va Usted y me lo recuerda. En fin. Gracias, también

Irene Adler -

Gracias a tí por leerlo.

Níniel -

Gracias por este post.