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PLANTARTE

El Andén

El Andén

Lugar: Granada, calle Enriqueta Lozano 

Érase una bailarina que esperaba todos los días en una estación a que llegara el tren. Entre las tablas del andén vivía un escorpión que la observaba con gran obsesión. Una tarde, no pudiendo aguantar más la curiosidad, sacó valor para salir de su agujero y se dirigió a la bailarina:

            - Buenas tardes, bailarina, soy un escorpión y vivo en este andén, entre la tabla décimo sexta y décimo séptima, empezando por la derecha. Cada día te observo, sentada en el mismo banco, mirando pensativa las vías. Miro tus nudillos blancos al apretar tu falda cuando oyes que el tren se acerca. Veo cómo tu desesperación zigzaguea entre los pasajeros que suben y bajan, ansiando montar en el tren, mientras te quedas clavada en tu asiento. Y siento la humedad entre tu cara y tus manos cuando le ocultas a tus lágrimas el tren que se aleja. Dale descanso a este pobre arácnido y cuéntale por qué haces esto.

            - Nunca podría pensar que llamaría la atención de nadie, pero a ti, que me has acompañado con paciencia, te diré que en la ciudad me espera un escenario que me catapultará a la fama y que ese tren que veo pasar me llevaría hasta allí. Nada me impide tomarlo, pero cuando está frente a mí, el terror me paraliza y lo dejo marchar de nuevo.

            El escorpión chasqueó sus pinzas, entre la impotencia y la desesperación

            - Bailarina, eso que me cuentas es terrible. El tren se acerca y sólo tendrías que levantarte y dar unos pocos pasos. Además has de saber que en esta estación hay un escorpión que al menor descuido podría picarte. No puedes quedarte, no puedes. ¿Por qué no te vas, por qué?

            - No lo entiendes, escorpión – la bailarina lloraba – eres tú quien está aquí conmigo. Si me hablas así, si deseas que me marche, no perteneces a este andén como ya pertenezco yo. Tú deberías saberlo mejor que nadie, está en mi naturaleza.

            Y entre sollozos, golpeó al escorpión con su zapato de baile y lo arrojó a las vías por donde el tren pasaba.

2 comentarios

Fran -

Sí, es un homenaje a la colonoscopia

nef -

muy guay lo de los nudillos blancos