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PLANTARTE

El arte que amansa los muros

El arte que amansa los muros

Lugar: París, Rue Père Teilhard de Chardin

Para el ideario popular, el fenómeno urbano de pintar en una pared es como un controvertido personaje público que en ciertos círculos será bien considerado y en otros será el ser más abominable. En un extremo considerarán que el uso de la pintura en una pared es, sin distinción alguna, un acto de vandalismo hacia la propiedad pública, en el otro, lo valorarán como una forma inequívoca de arte. En la mayoría de las ocasiones, estas consideraciones dependerán del tiempo que este personaje polémico y polifacético lleve paseándose por nuestras calles. En el caso de la Plantilla, hay ciudades en las que jamás se ha visto una y, si se intenta explicar de qué se trata a alguno de sus viandantes, el resultado es una representación mental de algo oscuro, bizarro y con cierto toque sectario. Zarpamos a bordo de este blog hace apenas tres meses, porque al andar por Granada y Sevilla comenzamos a fijarnos en esos mensajes hechos de cartón y pintura. No antes, sino entonces, se hicieron notar ante nuestros ojos en medio del inmenso museo de la calle. Era algo novedoso y con infinidad de posibilidades. Pero en otras ciudades, la plantilla lleva paseándose tanto tiempo por las calles que casi nadie allí duda de su categoría de arte. En estas ciudades ha evolucionado desde el rupestre hasta su vanguardia más depurada y sus autores firman con pseudónimos que figuran en exposiciones temporales de museos que exponen su obra y que dan título a monográficos disponibles en librerías especializadas. Ése es el caso de Jef Aérosol y las calles de París que le sirven de galería, que hoy empezamos a presentar aquí. Jef Aerosol es el pseudónimo de Jean - François Perroy y ha cultivado el arte de la plantilla desde 1982, dejando su huella por Chicago, Nueva York, Londres, Venecia y, por supuesto, París. Su tema principal es el retrato, en ocasiones de conocidos, en otras de anónimos y en otras de personas que sólo conocía él. Sus obras nos muestran personajes de tamaño natural, sentados en el suelo, caminando, apoyados en una esquina o en la jamba de una puerta, como si fuesen uno más en la pecera urbana. Usando el blanco, el negro y el gris, no sólo crea volumen, sino también esa expresividad que hace inconfundibles a aquellos que significaron algo en nuestras vidas o que nos hace cruzar la mirada con quienes podrían haberlo hecho. Hoy iniciamos aquí una pequeña muestra de este autor gracias al que podemos afirmar con algo más de rigor que la plantilla es arte, y si no, algo sobre lo que poder hacer un blog.

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