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PLANTARTE

Granada es volver

Granada es volver

Lugar: Granada, San Gregorio
He dormido en ella durante 25 años. Es fría, muy fría y hay que cerrar cualquier camino que su aire pueda tomar hasta tu piel si no quieres ser presa de la enfermedad. Granada es 17 años de tinieblas y 8 de salvación. No puedo odiar una ciudad donde he pasado algunos de los momentos más felices, sólo porque en ella pasé todos los peores. Hoy, Granada es volver como un extranjero, con el paso ansioso y la palma abierta a lo que siempre estuvo dispuesta a ofrecerme, sin nada que lo enturbie. Granada es la sombra sobre el adoquín, Granada es San Nicolás, Granada es Bohemia Café, Granada, ahora, sois vosotros, mis amigos. Hoy, Granada es despertar contigo.

Que quiero morir

Que quiero morir

Lugar: Granada. Albaycín.
Veneno:
1. Sustancia que, incorporada a un ser vivo en pequeñas cantidades, es capaz de producir graves alteraciones funcionales, e incluso la muerte.

2. Cosa nociva a la salud.

3. Cosa que puede causar un daño moral.

4. Afecto de ira, rencor u otro mal sentimiento.

La Real Academia de la Lengua lo tiene bien claro: el veneno es algo malo. Pero, posiblemente porque podrían matarnos, dañan nuestra moral o nos abocan a la pasión de la ira, hay venenos dulces que no podemos rechazar, eso que Rubby Pérez buscaba en los besos. ¿Cuál es vuestro veneno?

Tiempos modernos, demasiado modernos

Tiempos modernos, demasiado modernos

Lugar: Granada. Albaycín. Cuesta de San Agustín

Han pasado ya bastantes años desde que Fukuyama proclamara que el fin de la Historia se situaba en el 9 de Noviembre de 1989, y que selectos personajes como Cheney, Rumsfeld, Wolfowitz o papá Bush, tomasen su discurso como bandera de política internacional. Se nos invitaba encarecidadamente a ser ciudadanos libres en el seno de una democracia cuatrienal y a quien no aceptaba la invitación, se le invadía. Desde entonces, hablar de clases, superestructuras, explotación o capital es, no sólo la vía más directa para ser el paria del día, sino también para parecer el niño tonto que se perdió la clase del 1 + 1 = 4367,666777.

Sin embargo, ¿por qué tiene tanto sentido esta plantilla? El manido símil de la sociedad como una máquina nos asalta cada día (a quien menos, cada semana), oímos su ruido en los pasos sobre la acera, en las ruedas sobre el asfalto. Por mucho que se quiera negar, en el ideario de cada ciudadano libre está la comparación de sí mismo con una pieza de alma obsesionada por pulirse y darse la forma que encaje con las demás. ¿Qué eres? ¿Un engranaje, una palanca, una correa, un tornillo, el aceite que gotea?

El macanismo no entiende de magia. Fin de la historia.