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PLANTARTE

Los confines del reino

Los confines del reino

Lugar: Huelva, Pasaje Manuel Machado

Podría decirse de esta ciudad, como del planeta Tatooine, que, si existe un verdadero centro del universo, entonces este es el rincón más apartado de él. Podría contaros que la bandera de Huelva es blanca y azul, pero que, en realidad, Huelva es roja y verde. Verde como los pinos y los eucaliptos, como el agua de la ría que se ve bajo el muelle. Roja como la sangre de los mineros. Podría afirmar que, la mayoría de los días, huele a celulosa, a azufre, a miedo. Y decir, sin embargo, que el Polo Químico por la noche, con sus luces húmedas, es de una belleza incomparable, es la sombra de lo que iba a ser el futuro, de las ciudades autosuficientes donde los coches volarían. Que lo recubre esa pátina de decadencia que corroe todos los sueños futuristas una vez que ha pasado su tiempo. Podría decir, también, que la naturaleza nos invade, que la hierba crece en los rincones más insospechados, que aquí sí que hay arena de playa debajo de los adoquines. Os podría contar que aquí es donde mi pelo nunca se queda liso, donde parezco un peluche, donde a veces me creo que respiro agua. Podría comentar, tal vez de pasada, que la niebla lo cubre todo algunas mañanas, se mezcla con la contaminación y hace que temas respirar. Podría llegar a maldecir esta ciudad, como maldecimos siempre al final todas las ciudades, pero no olvidaré jamás, que aquí, algunos días, me despierta la sirena de un barco. Podría decir, incluso, que esta es mi ciudad.

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